Partido de difícil pronóstico el que abrirá la novena semana de la NFL. Sí, a tenor de lo visto a lo largo del primer tramo de competición lo lógico es pensar que los Texans (6-2) sean los favoritos, pero las lesiones y el ánimo de revancha de unos Jets (2-6) a los que solo les queda el orgullo -porque football, poco- hace que las apuestas NFL se sitúen en favor de los locales. Entramos más en detalle para intentar entender el porqué.
La temporada de los NY Jets ya puede considerarse como el mayor fracaso de esta liga. Y si alguien merece y debe ser el centro de todas las críticas, ese es en Aaron Rodgers, el gran perdedor de esta historia. El proyecto de los neoyorquinos giraba en torno al veterano quarterback, que ha hecho y deshecho a su antojo en la composición del equipo, pero al que sus actuaciones y los resultados sobre el emparrillado han terminado por hundirlo. Porque los Jets tenían todas las piezas necesarias para ser un equipo campeón, pero él ha sido el que no ha dado la talla y está marcando las diferencias…para mal (¡ante los Patriots hizo 5/13 en defensa individual!)
Ya no hay excusas. Es cierto que la OL es un desastre; es cierto que el juego de carrera funciona un partido sí y dos no (incomprensible que con Breece Hall esto sea así); es cierto que la defensa ha pasado de ser la mejor de la liga a recibir puntos a mansalva (lógico, si te cargas al responsable por desavenencias con tu “estrella”); pero lo verdaderamente cierto aquí es que hoy en día los Jets son un equipo intrascendente en esta liga y que sus opciones de playoffs son mínimas, por no decir inverosímiles.
Obviamente, tienen tal retahíla de buenos jugadores que pueden ser un peligro para cualquiera. Por decirlo de otro modo, no se van a dejar ir en lo que resta de temporada e intentarán conseguir un récord que lave su imagen. Solo así se entiende que los pronósticos NFL hayan dado el favoritismo a los Jets para su próximo partido.
Algo tendrá que ver también el hecho de que la enfermería de los Texans haya visto aumentado su trabajo en los últimos días. A la ya conocida ausencia de Nico Collins, que estará fuera tres semanas más por culpa de una lesión muscular, se une ahora la de Steffon Diggs, que muy probablemente dirá adiós a lo que resta de temporada por una rotura de ligamentos. Es decir, C.J. Stroud se queda, por ahora, sin sus dos principales armas y eso será un gran hándicap.
A lo anterior hay que unir que la OL no carbura y que el ataque de los Texans no termina de ser lo contundente que se presupone y eso, en el futuro, podría ser un problema. No obstante, la carrera al fin da esperanzas de mejora y Joe Mixon ha superado las 100 yardas en sus tres últimos encuentros. De igual modo, tener a Stroud en tu roster es garantía de éxito y solo una semana después de acumular 86 yardas de pase en la derrota ante Green Bay, volvió a estar en forma, completando 25 de 37 pases y dirigiendo cinco series anotadoras. Ante Jets tendrá una prueba de fuego.
Después de todo lo analizado se entiende por qué al inicio de nuestro pronóstico New York Jets vs. Houston Texans catalogábamos a este como complicado. Pero, siendo honestos, la principal razón que hace que no vayamos con todo con los visitantes son las bajas de sus dos principales receptores, así que intentaremos cubrirnos con un hándicap positivo sobre ellos, pues consideramos que, en caso de perder, no lo hará nunca por más de una anotación. Así, nuestra apuesta será…
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